Rafael Sardá, investigador del CEAB, realizó ayer la conferencia inaugural del II Congreso transfronterizo sobre el Cambio Climático y Litoral UHINAK 2016 que se celebra en Irún (Guipúzcoa) el 27 y 28 de septiembre. Dos días a lo largo de los cuales se hablará de cómo afectan el cambio climático y los fenómenos extremos en el litoral, a través de ponencias y comunicaciones orales de numerosos expertos. En esta segunda edición, el ámbito de estudio engloba el Golfo de Vizcaya, desde Galicia hasta la Bretaña francesa.
En su conferencia, «ICZM 2.0: la necesidad de estandarizar metodologías en la gestión de costas», Sardá nos cuenta que el gran desarrollo social y económico observado en la costa las últimas décadas ha acelerado su exposición y vulnerabilidad a los efectos negativos derivados del cambio climático. «En este contexto, dar una respuesta integrada y sinérgica a las problemáticas ambientales y definir acciones y políticas de adaptación que tiendan a disminuir los riesgos en el futuro es prioritario» declara el experto.
Todo el conjunto se podría formular dentro de un esquema de Gestión Integrada de las Zonas Costeras (Integrated Coastal Zone Management, ICZM). Este tipo de gestión integrada pretende equilibrar los beneficios del desarrollo económico y los usos humanos de la zona costera, los beneficios de su protección, preservación y restauración, los derivados del acceso público y de su disfrute y de reducir al mínimo la pérdida de vidas humanas y de bienes materiales. Todo dentro de los límites establecidos por los mismos sistemas naturales.
Sardá también afirma que «en Europa, los esfuerzos realizados para implementar la ICZM han quedado en simples desarrollos voluntarios poco incidentes en la solución de estas problemáticas». Hay que reinventar la ICZM, dotarla de un cuerpo más formal, de un lenguaje más comprensible y homogéneo, con esquemas más definidos y aceptados. La propuesta ICZM 2.0, continúa el investigador, sigue los principios de gestión por ecosistemas (Ecosystem Approach), una estrategia para la gestión integrada que busca la conservación y la sostenibilidad de los ecosistemas. De esta manera se podría dar respuesta a las preguntas que generan los riesgos climáticos, y diseñar un sistema normalizado para gestionar la costa que facilitara la adaptación en entornos altamente desarrollados.
