Los efectos del temporal Gloria sobre el fondo marino del litoral del Mediterráneo occidental son bien visibles en el impacto sobre las praderas de posidonia, donde se han perdido importantes extensiones de estos llamados «bosques marinos». Teresa Alcoverro, del Centro de Estudios Avanzados de Blanes (CEAB-CSIC), es la responsable del proyecto científico que ha puesto a trabajar coordinadamente equipos de todo el litoral mediterráneo, haciendo inmersiones desde el cabo de Creus hasta Murcia para evaluar el alcance de los daños. Las primeras estimaciones indican que se ha perdido aproximadamente una tercera parte de esta vegetación, y que su recuperación puede tardar un siglo.
La pérdida de praderas submarinas se hace más relevante porque esta especie es una gran acumuladora de carbono que palia el calentamiento global. También actúa como un cordón de protección del litoral, y su extinción deja las playas más expuestas a la pérdida de arena y sedimentos.
Para preservarla de ahora en adelante, hace falta una cartografía exhaustiva de la costa catalana para marcar en qué puntos y en qué cantidad se encuentra esta especie, mejorar de la calidad del agua y poner freno a las acciones sobre el litoral, como las construcciones en puertos, los diques o las playas modificadas, así como controlar los lugares de anclaje de embarcaciones.
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