Un equipo de investigación del Centre d’Estudis Avançats de Blanes, liderado por Miguel Ángel Mateo, estudia en Las Marismas de Odiel (Huelva) la capacidad de fijación de carbono que tienen este tipo de ecosistemas. Tras constatar que las marismas de marea y las praderas de fanerógamas retienen CO2 durante cientos de años, es decir, son sumideros de carbono azul, los estudios se centran en elaborar metodologías que permitan medir la cantidad de carbono retenido. El objetivo final es utilizar estos datos para implantar medidas destinadas a mitigar los efectos del cambio climático.
En el proyecto también participan la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de la Junta de Andalucía, la Agencia de Medio Ambiente y Agua, el Centro de Cooperación del Mediterráneo de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, la Asociación Hombre y Territorio y la empresa CEPSA, que es quien financia el estudio, conjuntamente con el proyecto Blue Natural de la Comisión Europea.
