Los Parques Nacionales, a pesar del régimen de protección en el que se amparan, no están exentos de los efectos de algunos motores de cambio global como el climático y el de cambios de uso del suelo. Por ello, una aproximación a largo plazo tipo LTER ayuda a conocer la lenta dinámica que dichos factores imponen, y sus consecuencias sobre la gran biodiversidad que los Parques albergan.
Nuestra propuesta se centra en el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido e involucra a científicos, personal de parques, y voluntarios (Ciencia Ciudadana), asegurando de esta forma la continuidad de buena parte del mismo al finalizar el proyecto. El proyecto incluye varias aproximaciones destinadas a explorar los refugios de dicha biodiversidad (climáticos y de transformación del hábitat), y establecer una red de seguimiento de especies y hábitats que complemente los esfuerzos del propio Parque.
Por un lado se prospectará en el pasado reciente para cuantificar espacialmente las pérdidas en biodiversidad por cambios del paisaje, e identificar lugares estables. Por otro lado, a partir de análisis filogenéticos de flora vascular y microbiana en 65 estaciones distribuidas por todo el Parque (desde matorrales mediterráneos a pastos alpinos, pasando por diversos bosques, roquedos…), y donde se realiza una monitorización microclimática (temperatura y humedad relativa), se explorarán las características de los refugios climáticos a escala geológica.