Saltar al contenido

El alga asiática Rugulopteryx okamurae, detectada en el litoral de Barcelona

El alga Rugulopteryx okamurae, detectada en el Port Olímpic por el equipo del CEAB-CSIC , el 27 de noviembre. Autoría: Andrea Hierro

En verano, ya se había localizado en Cataluña, por primera vez, en el puerto de Llançà. Ahora se ha encontrado en el puerto Olímpico de Barcelona, dentro de los trabajos de seguimiento de especies invasoras que lleva a cabo el Centro de Estudios Avanzados de Blanes (CEAB-CSIC) junto con la Agencia Catalana del Agua (ACA). El alga puede llegar a cubrir desde la superficie hasta los treinta metros de profundidad, perjudicando a las especies autóctonas y afectando actividades como la pesca.

Los trabajos de vigilancia de especies invasoras han permitido detectar una nueva alga invasora en la costa barcelonesa. Se trata de la Rugulopteryx okamurae, conocida como el “alga asiática” desde su introducción en el Mediterráneo. La especie -originaria del noroeste del océano Pacífico y habitual en las costas de Japón, China, Taiwán, Corea y Filipinas- está incluida tanto en el Catálogo español de Especies Exóticas Invasoras como en el Listado de especies exóticas invasoras preocupantes para la Unión Europea.

La invasión de esta alga, que ha causado estragos en diferentes puntos del Estado, como la costa andaluza (se tiene documentada su colonización desde 2015 en Ceuta y el Estrecho de Gibraltar), ha sido registrada desde sus inicios por el grupo de seguimiento de especies invasoras del CEAB-CSIC, que colabora con el ACA, de la Generalitat de Cataluña, en el programa de prevención y seguimiento de especies exóticas marinas.

La especie ya se había detectado en el litoral catalán a principios de este verano, cuando investigadores y docentes de la Universidad de Barcelona (UB) observaron la colonización incipiente de los primeros individuos en el puerto de Llançà, durante unas prácticas de campo con alumnos. Tras la comunicación personal con los investigadores de la UB, el equipo del CEAB-CSIC, liderado por el recientemente fallecido Dr. Enric Ballesteros, validó estas observaciones y realizó prospecciones en la zona para caracterizar los hábitats invadidos, evaluar la dimensión de la colonización y llevar a cabo su seguimiento.

Desde entonces, la diseminación del alga se ha extendido a las áreas adyacentes (puntos de Llançà y Colera), colonizando las grietas de los bloques artificiales de puertos y playas de forma dispersa, sin mostrar una ocupación masiva del sustrato. Los datos de esta dispersión los obtiene y facilita tanto el equipo del CEAB-CSIC, en el marco del programa de vigilancia de especies invasoras que lleva a cabo el ACA, como buceadores y otros ciudadanos que colaboran en programas de ciencia ciudadana (aportan información que luego valida el equipo científico).

Ahora el alga se ha encontrado en otro punto, alejado de esta zona: el puerto Olímpico de Barcelona. El equipo del CEAB-CSIC ha registrado su presencia en los bloques de la contra escollera sumergida, a profundidades de entre 3 y 6 metros y con una cobertura de aproximadamente el 15% de la superficie. En cuanto a la vía de introducción, los investigadores consideran que lo más probable es que haya llegado con embarcaciones de recreo.

Impactos ecológicos y económicos

Esta misma especie actualmente ocupa los fondos fotófilos del Etang de Thau (Provenza francesa), Ceuta, Andalucía, el norte de Marruecos, Marsella, las islas Azores, Murcia, Madeira, islas Canarias, Alicante y las zonas mencionadas del litoral catalán.

Ha mostrado un importante potencial invasor, pudiendo llegar a cubrir los fondos de roca desde la superficie hasta los treinta metros de profundidad, incluso creciendo sobre otras algas y plantas marinas. Puede provocar modificaciones en los ecosistemas marinos, alterando los hábitats y desplazando o haciendo desaparecer especies autóctonas.

Además de los incalculables impactos sobre la biodiversidad marina y las redes tróficas, las pérdidas económicas directas que esta especie provoca en la pesca se estiman actualmente en más de un millón de euros anuales, sin considerar las tareas de limpieza de las playas por la llegada y depósito de cúmulos vegetales.

Actuaciones para la vigilancia y control

 Las acciones que se desarrollan inicialmente, dentro de la colaboración con la Agencia Catalana del Agua (ACA), son:

  • Intensificar la frecuencia de control en las localidades donde se ha observado, que de momento, en el litoral de Cataluña corresponden a escolleras de puertos deportivos y sus proximidades.
  • Caracterizar el área colonizada (el entorno y zonas cercanas de Colera, Llançà y puerto Olímpico) para definir el área ocupada y los límites de distribución del alga.
  • Realizar un estudio estacional de los lugares colonizados por R. okamurae para identificar los morfotipos (aspecto, tamaño, densidad…) del alga en cada estación del año; analizar cómo se comporta en cada momento según las especificidades de la zona.
  • En los casos en que se observen nuevas localizaciones de posibles implantaciones, por parte de otras entidades públicas o privadas, el ACA llevará a cabo, con el apoyo de especialistas del CEAB-CSIC, la identificación taxonómica para confirmar si se trata o no del alga invasora (es muy fácil confundirla con especies autóctonas).
  • En caso de nuevas localizaciones de zonas colonizadas, el ACA informará puntualmente a la Dirección General de Medio Natural y al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, a través del grupo de trabajo de Especies Invasoras de la Generalitat de Cataluña, para decidir e implementar acciones de control en aquellas zonas donde sea posible y necesario.

La vigilancia de especies invasoras en el medio marino en Cataluña

 La Agencia Catalana del Agua (ACA) desarrolla desde 1992, y de manera pionera, programas de vigilancia de especies invasoras en el medio marino. Lo hace en colaboración con el Centro de Estudios Avanzados de Blanes (CEAB-CSIC). En el marco de estos programas, se ha implementado una red de vigilancia con estaciones distribuidas a lo largo de toda la costa, desde las que se proporcionan datos de manera constante.

El ACA estudia el estado de las masas de agua costeras en relación con las especies introducidas, la dispersión de especies relativamente recientes y realiza el seguimiento de la colonización y evolución de estas especies para evitar que perjudiquen a los ecosistemas autóctonos.

Cuando se detectan nuevas especies, se indexan y se incorporan al seguimiento. En esta tarea juega un papel importante la ciencia ciudadana, con iniciativas como Observadores del Mar, que aportan datos que el equipo científico del CEAB-CSIC valida y que complementan los que se obtienen de manera directa, a través del trabajo de campo en los diferentes puntos de la red de vigilancia. Toda la información verificada se proporciona al ACA para fundamentar las actuaciones dirigidas a preservar los ecosistemas acuáticos.

¡Descubre los secretos de los ecosistemas acuáticos!

Suscríbete a nuestra newsletter para estar al corriente de las últimas novedades del CEAB

"*" señala los campos obligatorios

También puede interesarte