Científicos de todo el mundo, entre ellos del CEAB-CSIC, unen esfuerzos por descifrar los genomas de la fauna y flora; priorizando las especies amenazadas y aquellas menos conocidas. La información genética se va aglutinando en una especie de atlas que recoge los mapas de ADN, los genomas de referencia, de los diferentes seres vivos. El objetivo es conocer profundamente cada especie, su papel en la naturaleza y los mecanismos adaptativos con los que cuenta. Este trabajo colaborativo aporta información clave para definir e implementar acciones efectivas de conservación de la biodiversidad.
A través de varios proyectos coordinados entre ellos -como el del Wellcome Sanger Institute, el Biodiversity Genomics Europe (BGE) o el European Reference Genome Atles (ERGA)– científicos de todo el mundo colaboran para secuenciar los genomas de las especies que habitan el planeta. Las contribuciones son diversas: desde aportar muestras recogidas en la naturaleza, a extraer su ADN o a participar en el análisis genómico. Investigadoras e investigadores del CEAB-CSIC colaboran en todas ellas.
De hecho, el primer genoma de referencia conseguido dentro de la iniciativa ERGA – coordinada, en Cataluña, por el Instituto de Biología Evolutiva (IBE-CSIC-UPF) y el Centro Nacional de Análisis Genómico (CNAG)- fue el de un pequeño pez en peligro de extinción, el Alphanius iberus, emblemático del Delta del Ebro. Se obtuvo gracias a investigadores del CEAB-CSIC. El trabajo permitió identificar unos genes relacionados con adaptaciones a cambios de salinidad y otros factores ambientales; una información clave para diseñar directrices para la conservación y reintroducción en hábitats restaurados.
A partir de ahí, numerosas colaboraciones más han permitido, y están permitiendo, acceder a la información genética de miles de especies, especialmente de fauna y flora amenazada, así como de aquellos seres que todavía nos son más desconocidos.
Algunos de los genomas secuenciados, o en análisis, con la colaboración de investigadores del CEAB-CSIC*
- Descifrados completamente una decena de genomas de esponjas marinas (Crambe crambe, Chondrosia reniformis, Aplysina aerphoba, Axinella damicornis, Petrosia ficiformis, Oscarella lobularis, Disydea avara, Acanthella acuta i Agelas oroides. M. Maldonado, dentro de la colaboración con el Wellcome Sanger Institute, líder mundial en secuenciación genómica)
- Genoma del Alphanius Iberus (M.Ventura y equipo, dentro de la iniciativa ERGA)
- Clavelina lepadiformis i Ascidiella aspersa (X. Turon-M. Rius y equipo, dentro ERGA)
- Styela plicata, Arbacia lixula i Paracentrotus lividus (X.Turon, dentro Plan Nacional MarGeCh y con el Centre for Translational Biodiversity Genomics de Alemania)
- Diplodus puntazo (E. Macpherson y N. Raventós, dentro la Catalan Initiative for the Earth Biogenome Project)
- Genomas de diversos crustáceos decapodos (E. Macpherson colaborandon con el Proyecto ATLASea, con el CNR francés y el Museo de Historia Natural de París)
- Mesochaetopterus rogeri (D.Martin) y especies de poliquetos cavernícolas de las Baleares (D.Martin, dentro proyecto ERGA)
El personal de investigación del CEAB-CSIC que colaboran en las iniciativas de descifrar los genomas explican que “los datos genómicos de referencia permiten entender los mecanismos adaptativos, las relaciones filogenéticas y el papel ecológico de cada especie en el ecosistema. puesto que todo está interrelacionado”.
En este sentido, destacan la importancia de ir descubriendo la genética de especies que, a pesar de intuir que desempeñan un papel ecológico clave, todavía no se tiene el genoma, como por ejemplo, el caso de las microalgas, de algunas macro (como las laminarias), o de gran parte de los animales invertebrados.
Los investigadores apuntan que contar con la información genética tanto de los organismos más visibles como de aquellos que lo son menos también es de gran utilidad para el caso contrario: “no sólo nos falta información genética de especies que son clave para el equilibrio de un ecosistema, sino que también nos falta la de especies que es clave para desequilibrarlo. CEAB-CSIC también aportamos mucha información genética sobre especies exóticas con potencial invasor; una información que puede ser clave para su gestión”.
Poniendo algunos ejemplos, este trabajo de estudio genético puede desde ayudar a entender la ruta migratoria de un animal acuático amenazado -aportando información clave para protegerla- hasta entender el funcionamiento de un ascidio invasor que perjudica gravemente a las especies autóctonas- proporcionando conocimiento científico para prevenirlo o limitarlo.
Iniciativas coordinadas para obtener un sólo “atlas” mundial
Sólo en Europa, las iniciativas de catálogo de genomas cuentan ya con más de un millar de científicos que colaboran de forma estable, vinculados a centros de investigación de una veintena de países.
Para ir a una, los proyectos cuentan con coordinadores en cada territorio y los datos que se aportan están sincronizados. La información genética obtenida se guarda en el Consorcio Internacional de Datos de Secuenciación. Y las muestras físicas, en los museos de ciencias naturales de cada territorio.
Los coordinadores de estos proyectos de obtención de los genomas de las especias señalan que son un gran paso para conseguir un catálogo único de la biodiversidad del planeta; un “atlas” genómico pensado para ayudar a conocer profundamente las distintas formas de vida, ponerlas en valor y protegerlas.