Desde el Centro de Estudios Avanzados de Blanes (CEAB-CSIC) se coordina el proyecto internacional SERVICO2, dedicado a estudiar —y a poner en valor— un servicio ecosistémico poco conocido pero fundamental de las zonas altas de las cuencas hidrográficas. Se trata de la capacidad de los ecosistemas de montaña para actuar como sumideros o como emisores de gases de efecto invernadero (CO₂, CH₄ o N₂O). El proyecto, que se ha empezado esta primavera, acaba de lanzar su propio portal web.
Los ecosistemas donde se originan la mayoría de los ríos nos proporcionan numerosos beneficios o “servicios ecosistémicos” esenciales, como el abastecimiento de agua o la regulación climática (mediante la captura de carbono atmosférico). De forma natural, pueden funcionar como esponjas de gases de efecto invernadero o como emisores de estos, dependiendo de múltiples factores, entre ellos el uso del suelo.
SERVICO2 estudia cómo los cambios en el clima, en las deposiciones atmosféricas de nutrientes y en el uso del suelo están alterando la capacidad natural de las cabeceras de cuenca para regular el CO2 y otros gases de efecto invernadero, como el metano (CH₄) y el óxido nitroso (N₂O). El objetivo es comprender hasta qué punto los factores antropogénicos las están afectando, mediante un enfoque interdisciplinar. El proyecto cuenta con un consorcio internacional de hidrólogos, biogeoquímicos y expertos en sensores y modelización, con amplia experiencia en el estudio de las interacciones suelo-agua-atmósfera en ecosistemas de montaña. El objetivo final es generar conocimiento que se pueda aplicar para mejorar la gestión ambiental y orientar políticas climáticas más eficaces.
El trabajo de campo se lleva a cabo en 13 cabeceras de cuenca distribuidas por toda Europa, cubriendo un amplio gradiente de condiciones climáticas y de deposición de nitrógeno y fósforo. En cada cuenca se instala una red de estaciones de monitoreo para recopilar datos sobre los flujos de carbono (CO₂, CH₄, etc.), la calidad del agua y las condiciones meteorológicas. Además, el proyecto desarrolla nuevas tecnologías de sensores de bajo coste —incluyendo cámaras automáticas de flujo y “narices” electrónicas— para detectar con alta resolución espacial y temporal las emisiones de GEI tanto en agua como en suelo. Paralelamente, se analizarán series de datos a largo plazo y se construirán modelos para estimar el balance de carbono a escala de cuenca, combinando modelos de procesos biogeoquímicos con técnicas de aprendizaje automático para mejorar las predicciones. Asimismo, se organizarán talleres en cinco países para incorporar la percepción de los actores locales en la valoración de los servicios ecosistémicos acuáticos y en la toma de decisiones de gestión ante el cambio climático, además de fomentar la puesta en valor de los beneficios que nos proporcionan las cabeceras de cuenca y concienciar sobre su conservación y restauración.
En conjunto, SERVICO2 representa un paso adelante significativo en la comprensión del papel que juegan las cabeceras de cuenca en la regulación climática, al integrar por primera vez el estudio conjunto de los ecosistemas acuáticos y terrestres en este contexto. Los resultados del proyecto contribuirán a mejorar las estrategias de conservación y la gestión de los servicios ecosistémicos ante los retos del cambio global.
Socios del proyecto: Centre d’Estudis Avançats de Blanes (CEAB-CSIC, coordinador), Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC, Espanya), University of Eastern Finland (Finlandia), Umeå University – Climate Impacts Research Centre (Suecia), Università degli Studi di Padova (Italia), Czech Geological Survey (República Checa) y Universitat Politècnica de Catalunya (España).
Financiación: El proyecto SERVICO2 forma parte de la convocatoria Water4All 2023 (partenariado internacional Water Security for the Planet) y está financiado por las agencias nacionales de investigación de España (AEI), Finlandia (AKA), Suecia (FORMAS), Italia (MUR) y República Checa (TACR).
Más información en la web del proyecto: https://servico2.org/