Proyecto en colaboración
El número de países y personas afectadas por las enfermedades transmitidas por los mosquitos urbanos (Aedes aegypti y Aedes albopictus) ha aumentado mucho en los últimos años. Uno de los factores esenciales para entender cómo tiene lugar la transmisión de estas enfermedades es conocer cómo es la interacción entre humanos y mosquitos, ya que los virus fluyen de las poblaciones humanas a los mosquitos y de los mosquitos a las personas. Aunque muchos de los esfuerzos por luchar contra estas enfermedades se han centrado en el control de los mosquitos, todavía hay muy pocos datos sobre la relación entre los mosquitos y los humanos. El proyecto Human-Mosquito Interactions quiere contribuir a esta carencia de información.
Su objetivo es reconstruir la red de interacciones que existe entre el mosquito tigre y las personas. ¿A cuántas personas diferentes pica un mosquito? Una pregunta esencial para entender mejor cómo tienen lugar los brotes epidemiológicos, así como poder desarrollar modelos epidemiológicos más precisos. Cuanta más gente pique un mosquito más alto el riesgo de transmitir una enfermedad. Estudios previos se han centrado en averiguar cómo los mosquitos detectan a la gente, los olores y otros estímulos por los que sienten preferencia a la hora de picar, pero en la interacción humano-mosquito, la biología y el comportamiento del mosquito no es la única variable importante. La conducta de las personas, los espacios urbanos y la economía de los hogares también influyen en esa interacción.
La gran heterogeneidad en la conducta individual así como entre diferentes grupos se traduce en una variabilidad en de interacción humano-mosquito, y por tanto en una variabilidad del riesgo de transmisión de las enfermedades. Esta relación no sólo depende de la densidad de mosquitos y personas en una zona sino de muchos otros factores. Cuánta gente vive junta, las actividades que realizan en los espacios exteriores, su conducta a la hora de almacenar agua, la arquitectura urbanística del barrio, las acciones de control de los posibles lugares de cría, son muchas las variables socioeconómicas que alteran la interacción humano-mosquito . De modo que es de esperar que la dinámica de picaduras esté determinada por estos factores socioeconómicos, así como el riesgo de contraer una enfermedad transmitida por el mosquito tigre.
Genética, ciencia ciudadana y sociología para entender las redes humano-mosquito por las que circulan las enfermedades
Para estudiar cómo varían las interacciones entre humanos y mosquitos según estos factores se analizará el patrón de picaduras en diferentes localidades españolas, con distintas condiciones climáticas y socioeconómicas. Esto se llevará a cabo recogiendo las incidencias de picaduras con la app Mosquito Alert y con trabajo de campo sobre el terreno. La idea es que por un lado los mosquitos son una buena fuente de información sobre la gente a la que pican, así como las personas son una buena fuente de información de los mosquitos que les pican. El estudio del ADN recuperado de la sangre de los mosquitos capturados en los hogares de los voluntarios permitirá averiguar a cuánta gente diferente a picado el mosquito. Esta información se complementará con entrevistas y observaciones de los voluntarios, para poder así reconstruir la red de interacciones existentes entre humanos y mosquitos.
Esta información se combinará con datos de estructura urbana, de cobertura del sol, factores socioeconómicos y variables climáticas para entender cómo todos estos factores influyen en la incidencia de picaduras en la región estudiada. Con los resultados obtenidos se quiere contribuir a la mejora de los modelos epidemiológicos actuales así como realizar propuestas de intervenciones políticas dirigidas a reducir la incidencia de los mosquitos sobre las poblaciones humanas. Para ello, el proyecto aborda la necesidad crítica de una mayor perspectiva desde las ciencias sociales para entender mejor el contexto socioeconómico y socioecológico de enfermedades como el dengue o Zika que suponen unas grandes cargas a la sociedad a nivel mundial y agravan la desigualdad social.
El proyecto está formado por un equipo interdisciplinario de investigadores con experiencia en sociodemografía, ecología, entomología, biología molecular y epidemiología.