En los años 50 del siglo pasado el campo de la ecología incorporó el paradigma del gradiente, el cual demostró que la estructura y la funcionalidad de los ecosistemas son gobernados por gradientes espaciales de condiciones ambientales. En la costa sur del continente africano, se encuentra uno de los gradientes ambientales más dramáticos del mundo, regido en gran medida por la confluencia de dos océanos en esta región, pero también por la influencia de dos corrientes antagónicas (la corriente fría de Benguela y la caliente de Agulhas). Por ello, dentro de una región relativamente pequeña, se puede ir desde ecosistemas dominados por arrecifes de corales (típicos de aguas tropicales) en la costa sudeste hasta ecosistemas dominados por kelp (típicos de aguas frías) en la costa sudoeste. Esto hace que las costas que bañan la actual Sudáfrica sean un laboratorio natural único en el mundo para el estudio de los efectos de los gradientes ambientales sobre los ecosistemas.
Uno de los factores que impactan más negativamente los ecosistemas del mundo son las invasiones biológicas (especies no nativas transportadas de forma intencionada o inintencionada a nuevas regiones donde pueden tener impactos ecológicos y económicos muy importantes). En tiempos recientes, se ha avanzado mucho en el conocimiento ecológico de las invasiones biológicas, pero se sigue sabiendo muy poco de las dinámicas poblacionales de estas invasiones biológicas a lo largo del tiempo y espacio.
Este proyecto tiene como objetivo estudiar las invasiones biológicas a lo largo del tiempo y a través de los gradientes ambientales de la costa de Sudáfrica. La costa de Sudáfrica contiene un gran número de áreas marinas protegidas y a la vez es frecuentada por un gran número de embarcaciones (responsable directa o indirectamente del transporte de especies no-nativas) cada año. Este estudio se va a realizar mediante el estudio de ADN ambiental (eDNA en sus siglas en inglés) preservado en sedimentos de áreas estuarinas bien conservadas. Estas áreas son puntos clave para la introducción de especies marinas no-nativas que son abundantes y bien caracterizadas en las costas donde se va a realizar este estudio. La investigación de eDNA se centra en la detección de ADN que se encuentra en los ecosistemas (p.ej. en agua o en sedimento) y que se puede aislar y secuenciar (vía metabarcoding). La detección de eDNA nos proporciona información de todas las especies que se encuentran en el ecosistema muestreado, desde las enormes ballenas a las diminutas bacterias. Este enfoque es innovador (hace relativamente poco tiempo que se está utilizando para la detección de metazoos o animales) y es revolucionario ya que nos proporciona una resolución para la estimación de los patrones de biodiversidad nunca visto antes. El grupo de investigación del CEAB es líder nacional en el estudio de eDNA en ambientes costeros marinos.