Revelan los puntos negros de exposición al plástico para las aves marinas

Un estudio publicado en la revista Nature Communications -y con participación del CEAB-CSIC- señala el Mediterráneo y el mar Negro como las zonas del planeta donde los petreles y las pardelas, de los grupos de aves marinas más amenazados, se enfrentan a un mayor riesgo de ingerir plásticos.

La contaminación por plásticos es un problema en todos los mares del planeta, pero su distribución no es homogénea. Los plásticos tienden a acumularse en determinadas zonas, por efecto de las corrientes oceánicas y por las diferentes presiones demográficas. Asimismo, las aves marinas se distribuyen de forma heterogénea, visitando con mayor frecuencia aquellas áreas donde se concentran sus presas y teniendo en cuenta, también, la influencia de los vientos.

Un nuevo estudio ha cruzado la información sobre la distribución de plásticos y los movimientos de las aves oceánicas, para ver dónde hay más solapamiento y por tanto más riesgo de interacción. La investigación, liderada por BirdLife International, se ha publicado en Nature Communications este 4 de julio.

En el trabajo ha participado la filial española SEO/BirdLife y el Centro de Estudios Avanzados de Blanes (CEAB-CSIC), concretamente el grupo de Ecología Teórica y Computacional, que ha aportado datos sobre el movimiento de las aves en el Mediterráneo y Atlántico. También ha colaborado, entre otros, la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC) y la Universidad de Barcelona.

La investigación se ha centrado en los petreles y las pardelas, de los grupos de aves más amenazadas del planeta. Estas aves se distribuyen por todos los mares y tanto en zonas costeras como en oceánicas. Por eso constituyen excelentes indicadores del estado de conservación del medio marino. Estudiar la incidencia de los plásticos sobre ellas puede ayudar a entender mejor los impactos de esta amenaza a nivel global, sobre el ecosistema en su conjunto.

Según el estudio, varias especies de estos pájaros comen plástico con regularidad, sea porque lo confunden con las presas o, de forma indirecta, porque sus capturas lo contenían. Además, los plásticos, al descomponerse, desprenden dimetilsulfato, la misma sustancia que emite el plancton y que estas aves usan para localizar alimento.

Mapa que mostra com se solapa la distribució de plàstics i el moviment/alimentació dels ocells a nivell global. Indica les zones de més risc, entre les que destaca el mar Mediterrani. Autoria: SEO/BirdLife

Las especies más amenazadas

En total se han analizado datos de distribución de 7.137 ejemplares de petreles y pardelas, de 77 especies diferentes a escala mundial. Con los datos disponibles, el Mediterráneo y el mar Negro destacan como zonas de mayor riesgo identificadas por el estudio. Dentro del Mediterráneo, la parte oeste es la más problemática. Y las aves que no salen de este mar (que no viajan y se alimentan en el Atlántico), las más amenazadas. Esto implica que las especies propias de esta cuenca son las más expuestas al problema de los plásticos, con las pardelas mediterránea y balear al frente, ambas amenazadas globalmente y con las calificaciones de vulnerable y críticamente amenazada, respectivamente.

Según las autoras y autores del artículo, los resultados ponen de relieve la necesidad de mejorar la cooperación mundial para frenar esta grave contaminación.

Asimismo, se da información objetiva para que las políticas de regeneración y conservación prioricen estos puntos donde las aves se alimentan y donde se encuentran las más altas concentraciones de plásticos.

-Referencia:
Bethany Clark et al. “Global assessment of marine plastic exposure risk for oceanic birds”. Nature Communications (2023)