Una instantánea del fitoplancton de los lagos del Pirineo

Un estudio publicado recientemente en Journal of Ecology describe las comunidades de algas y cianobacterias de 79 lagos: explica cómo se distribuyen e identifica los principales factores que las condicionan. Además de proporcionar esta “radiografía” del fitoplancton, la investigación revela puntos de inflexión: umbrales -en la dureza del agua, en la concentración de fósforo y relacionados con la presencia de peces- a partir de los cuales se da la vuelta a la dominancia de uno u otro grupo de plancton vegetal.

El artículo Nonlinearities in phytoplankton groups across temperate high mountain lakes es fruto de la investigación llevada a cabo por científicos del CEAB-CSIC en 79 estanques de las vertientes norte y sur de los Pirineos. Estas aguas linéticas o estagnantes comparten el hecho de estar situadas en el Parque Natural del Alt Pirineu y el Parque Nacional de Aigüestortes y Estany de Sant Maurici. A su vez, presentan numerosas diferencias entre sí, desde la altitud donde están, el tamaño y profundidad, las características geológicas de los terrenos o la flora y la fauna de cada zona.

Midiendo los parámetros ambientales y utilizando técnicas avanzadas de análisis de pigmentos orgánicos para caracterizar el fitoplancton y estudiar sus dinámicas, el equipo ha descubierto patrones que se recogen en la publicación científica.

Los 3 factores que más condicionan el fitoplancton

Se ha visto que el factor que más marca la composición y distribución del plancton vegetal en los lagos de los Pirineos es la química del agua y, más concretamente, el grado de dureza de las aguas que viene definida por la concentración de calcio. En este sentido, hay que considerar la distinción biológica entre aguas duras-más favorables por las diatomeas y las cianobacterias, y aguas blandas-dominadas por crisófitos y clorófitos. Este parámetro dependía principalmente de la geología, del tipo de rocas de la cuenca.

Fitoplancton, visto al microscopio

El segundo factor que más condiciona el fitoplancton es el estado trófico definido por la concentración de nutrientes en el agua y por la densidad de pequeños crustáceos del plancton. El estudio también revela el umbral de concentración de fósforo a partir del cual existe un cambio significativo en las características del fitoplancton, pasando del dominio de crisófitos en condiciones muy oligotróficas al de criptófitos y clorófitos en los estanques con más nutrientes.

El tercero, es la presencia de peces en los estanques. Aunque con menos peso que los otros grupos de variables, estos animales introducidos por el hombre para la pesca recreativa, influyen en la composición y en la densidad del fitoplancton, favoreciendo la proliferación de diatomeas, dando un color más verdoso al agua.

La investigación revela que las respuestas a estos factores ambientales no son lineales, dadas las numerosas interacciones entre organismos y elementos que se dan en los ecosistemas. Especialmente cuando se superan los umbrales identificados como puntos de inflexión, en los que los cambios se precipitan.

Los estanques de alta montaña: «centinelas» del cambio global

Teresa Buchaca, autora principal del artículo, explica que “se trata de un estudio excepcional tanto por la escala que abarca, con gradientes ambientales muy amplios, dentro del distrito lacustre de los Pirineos, como por proporcionar información de referencia que puede permitir profundizar en aspectos más concretos, sea de forma experimental o bien como punto de partida para medir el efecto del cambio global”.

No sólo se amplía lo que sabíamos del fitoplancton de los estanques de este gran distrito lacustre, sino que identifica los factores que más pesan. “Esta información puede también alimentar la formulación de nuevas hipótesis y orientar la observación de los estudios de seguimiento a largo plazo. Además, puede ser muy interesante para su gestión y conservación. Saber qué variables ambientales deben monitorizarse, ver que hay algunas- como la presencia de peces- en las que podemos intervenir de manera muy directa…son conocimientos que pueden ser de mucha ayuda para la conservación o restauración de estos estanques”*, añade la investigadora.

La científica recuerda que el fitoplancton se encuentra en la base de la cadena trófica y que, además, desempeña un papel clave en el ciclo global del carbono. Los diferentes grupos funcionales de fitoplancton, caracterizados por tener rasgos distintivos, también tienen impacto en otros ciclos biogeoquímicos como el del nitrógeno, el del fósforo y el del silicio. De su equilibrio depende, pues, el de todo el ecosistema. Por otra parte, subraya que «monitorizar las alteraciones del fitoplancton y los factores ambientales que las provocan puede ayudar a identificar cambios sistémicos en estos estanques, y en sus cuencas, y prevenirlos o revertirlos«.

La investigación también pone el foco en el papel de “centinelas” del cambio global que realizan los estanques de alta montaña. Por sus características (como la altitud y el hecho de estar poco alterados por la mano del hombre) se pueden observar de forma precoz y clara fenómenos como el aumento de las temperaturas, la disminución de las precipitaciones o la dispersión atmosférica de contaminantes, así como sus efectos. Asimismo, nos recuerda que son puntos muy sensibles a estas alteraciones y que requieren de monitorización y acciones de protección y restauración específicas para seguir siendo un reservorio de vida y una pieza clave para la salud del planeta.

*Datos de este estudio ya se están aplicando en proyectos de restauración como el LIFE RESQUE ALPYR
Referencia articulo: Buchaca, T., & Catalan, J. (2024). Nonlinearities in phytoplankton groups across temperate high mountain lakes. Journal of Ecology https://doi.org/10.1111/1365-2745.14267